Tamara Báez siempre reconoció que tiene ganas de hacerse una cirugía estética para obtener la imagen que siempre soñó. Quiere aumentarse el tamaño del busto y volvió a repetirlo en sus redes sociales, donde se encontró con un comentario que le molestó mucho. Una seguidora le recomendó que también se operara la cola. “Te falta”, le dijo.
La exnovia de L-Gante no se quedó callada con la crítica y le respondió: “Por lo menos yo no uso corpiños grandes que me bailen, ja, ja, ja. Igual arranqué el gym. Quién te dice que aparezco con tremendo toto y las lolas”. No es la primera vez que la influencer -que ya superó el millón de fans en Instagram- recibe este tipo de mensajes maliciosos. Aunque al principio los dejó pasar, un día empezó a ponerles un freno a sus detractores.
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Tamara Báez es fan de los retoques y ya se hizo varios. Apostó al ácido hialurónico en los labios, pestañas XL y extensiones rubias al estilo rapunzel. Pronto se pondrá ortodoncia, y cuando deje de amamantar a su hija Jamaica cumplirá el deseo de ponerse siliconas, un anhelo que tiene desde la adolescencia.
En medio de su conflicto con L-Gante por la cuota alimentaria, Tamara Báez se la pasa recibiendo mensajes crueles donde le dicen que se quiere gastar la plata de su hija en retoques y teléfonos de última generación. La semana pasada, una gota rebalsó el vaso, y no dudó en escrachar a un seguidor que la mandó a trabajar y le dijo larva.
Indignada, la influencer arrobó al centro médico de rehabilitación neuromotriz donde él trabaja y disparó: “Hoy me levanté con ganas de que vean lo asco que son algunos. Alpi, no da que tengan gente así trabajando”. Su posteo no pasó desapercibido entre las autoridades del lugar, que emitieron un comunicado al respecto.
“Atento a lo sucedido con un empleado de esta institución, queremos informar que se tomaron las medidas correspondientes del caso. Asimismo, queremos aclarar que los comentarios que fueron realizados de manera personal y en forma privada a través de las redes sociales, no reflejan en absoluto el espíritu de Alpi. Estos comportamientos de ciberacoso no representan ni la misión ni los valores de nuestra institución”, expresaron. Al leerlo, Tamara celebró con emojis de manos aplaudiendo que su queja fue escuchada.