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Tras la ya pertinente renovación anual de los abanderados de Android, el Google Pixel 7 pasa por nuestra mesa de análisis para demostrar todo lo que tiene que decir. Y es mucho, en todos los ámbitos: Google demuestra que su currículum como fabricante es ya tan completo como representativo; por más que tenga alguna ligera mancha.
Estamos tan acostumbrados a que los fabricantes de móviles renueven cada año sus catálogos, que resulta muy difícil seguirle la pista a toda su genealogía. En el caso de Google no es tan complicado, ya que ha ido tomando una estrategia paralela a la de Apple; sin disparar en exceso los precios (al menos no tanto). Como ocurrió el año pasado, el Google Pixel 7 subraya su potencial de gama alta sin que el precio sea desorbitado. Y no es lo único que se repite,
Google Pixel 7
Pantalla
OLED de 6,3 pulgadas
Ratio 20:9
Resolución FHD+ (1.080 x 2.400 píxeles)
416 ppp
90 Hz de tasa de refresco
Gorilla Glass Victus
Procesador
Google Tensor G2
Coprocesador de seguridad Titan M2
Memoria RAM
8 GB LPDDR5
Almacenamiento
128/256 GB UFS 3.1
Cámaras traseras
Principal: 50 megapíxeles, f/1.85, 82º, OIS, EIS
Gran angular: 12 megapíxeles, f/2.2, 14º
Cámara frontal
10,8 megapíxeles, f/2.2, 92,8º
Batería
4.355 mAh
Carga rápida de 30 W
Carga inalámbrica
Carga inalámbrica inversa
Software
Android 13
Conectividad
Doble SIM (SIM + eSIM)
5G
WiFi 6E
Bluetooth 5.2
NFC
USB-C
Otros
Lector de huellas bajo la pantalla
desbloqueo facial
IP68
Altavoces duales estéreo y audio dual
Dimensiones y peso
156,6 x 73,2 x 8,7 mm
197 gramos
Precio
Desde 649 euros
Google Pixel 7
El Google Pixel 7 es un teléfono que se siente premium en la mano, también asalta la vista con su innegable atractivo. Mantiene la línea de diseño impuesto por los dispositivos de la empresa con líneas muy suavizadas, ausencia de aristas, los colores pastel destacan la categoría del teléfono y la banda trasera de la cámara ofrece el toque de distinción que necesita el Pixel 7 para ser un Pixel.
Por delante, el móvil aprovecha bien el frontal sin desmerecer los marcos; con un grosor de mayor tamaño para la “barbilla” inferior. La pantalla es plana, el cristal posee bordes ligeramente curvados y se aprecia un inconveniente al tacto que noté con el primer agarre: el cuerpo metálico tiene una fina rebaba en la que se enganchan los dedos al deslizarlos por el borde de la pantalla. Con una funda no se aprecia.
El cuerpo de metal derrocha robustez, solidez y la citada sensación premium. Google ha reducido las dimensiones del teléfono logrando que sea mucho más manejable: no se aprecia tan ancho; lo que permite un mejor agarre, sobre todo para los que tienen manos algo pequeñas (aparenta ser algo alargado). No puedo decir que sea un móvil contenido o pequeño, pero, al menos, sí que no muestra exagerado en tamaño. Que ya es mucho.
En el costado derecho Google ancla los botones de volumen y el de encendido, ambos a una distancia adecuada; con el típico inconveniente de los Pixel: el orden está invertido (el power queda arriba).
El borde superior queda limpio a excepción del micro secundario; en el izquierdo se sitúa la bandeja nano SIM (única, la segunda tarjeta es eSIM); en el borde inferior el Pixel 7 ofrece el conector USB C, la salida del segundo altavoz (el otro queda en el auricular de llamadas, justo arriba) y el segundo micro. Las aberturas de este borde inferior no están centradas.
Google sorprendió con la banda trasera para el módulo fotográfico de los Pixel 6. Fruto de esa innovación, el Pixel 7 la mantiene con idénticas dimensiones y grosor, aunque con una clara diferencia: toda la superficie es de metal a excepción del área de los objetivos. A priori, esto me parece un acierto; no en vano el cristal de ese área se raya con demasiada facilidad (mi Pixel 6 tiene un arañazo muy marcado). El móvil no tambalea sobre la mesa al quedar apoyado en la cara trasera. Y sí puede ser problemático para quienes utilicen mandos de juego anclados al móvil, como es el caso del Razer Kishi: la banda de objetivos impide sujetar el mando al Pixel 7.
Es resistente al agua y al polvo con protección IP68, su construcción es exquisita, los materiales aparentan muchísima más calidad de la que es habitual por el precio, se ve a la legua que es un Pixel y hasta las tonalidades de color elegidas aportan distinción y carácter al smartphone. Me parece que posee las dimensiones justas para equilibrar el tamaño de pantalla a la comodidad de uso. Y no resulta exageradamente grueso; por más que tampoco sea fino.
Ya lo referenciaba en el apartado de diseño: Google ha refinado las dimensiones de su Pixel intermedio para hacerlo un poco más pequeño; lo que redunda en un ancho menor, punto que facilita en gran medida el agarre (el cuerpo suavizado en los bordes pone el resto, me alegro que Google no apueste por un diseño anguloso de estilo iPhone). En la reducción de dimensiones juega un papel crucial la pantalla: de las 6,4 pulgadas del Pixel 6, Google pasa a las 6,3 en el Pixel 7.
La reducción de superficie me parece un acierto: de esta manera se comprime el tamaño sin perder capacidad multimedia por el camino. Esas 0,1 pulgadas no suponen un retroceso: Google repite con una pantalla OLED de excelente calidad que se ve a la perfección desde cualquier ángulo. Y que refresca a 90 Hz, más que suficiente para potenciar la fluidez del teléfono.
Muy buena representación de color, tonalidades naturales y sin acusar saturación (las opciones de pantalla permiten personalizar mínimamente este aspecto), el brillo máximo es más que suficiente para ver el contenido hasta bajo la luz del sol (alcanza picos de 1.400 nits según las especificaciones del teléfono), el brillo mínimo molesta en completa penumbra (existe la opción de reducir por software ese valor mínimo) y la modalidad automática responde bien a la iluminación del entorno.
Los marcos son grandes (casi dos milímetros a excepción del área inferior, que es de casi cuatro milímetros), el agujero para la cámara frontal tiene cuatro milímetros de diámetro: el Pixel 7 aprovecha el frontal en un 84,9 % (dato de GSMArena). La pantalla ofrece un altísimo contraste, la respuesta táctil está al máximo nivel y queda protegida por cristal Corning Gorilla Glass Victus. En principio debería de ser resistente a los arañazos: mi Pixel 6 monta el mismo cristal y no le ha salido raya alguna a pesar de que lo llevo sin protector de pantalla (sí tiene funda).
No podría montar un mejor panel: para el precio del teléfono, creo que Google ha sabido dotarlo con una pantalla de categoría. Y mejora el registro biométrico.
El apartado biométrico mantiene el habitual escáner de huellas dactilares bajo el panel. Dicho escáner es óptico: aprovecha el alto brillo de la pantalla para iluminar los surcos del dedo y contrastarlos con la huella registrada durante el proceso de configuración. Dicho proceso es rápido, igual que cada lectura.
Basta con poner el dedo sobre el área designada para que el Pixel 7 se desbloquee al instante. El lector no me ha dado apenas problemas, por lo general no falló ni en exteriores (con mucha luz puede dar algún error de lectura). Google ha mejorado la efectividad del escáner con respecto a los Pixel 6, al menos es la impresión que me dio durante el análisis del nuevo teléfono.
Si bien el escáner dactilar mejora, la gran novedad del apartado biométrico es el desbloqueo facial. Tras muchos rumores, Google se decidió por incluirlo en los Pixel 7. Con las lógicas advertencias: dado que el móvil hace uso de la cámara frontal, el análisis de los rostros no puede contrastar el volumen preciso de cada facción; con lo que el teléfono podría desbloquearse con alguien que se pareciese mucho al dueño del Pixel 7. Google lo especifica de esta manera.
Es mucho más cómodo, pese a los inconvenientes: Google no admite el desbloqueo facial para las situaciones de máxima seguridad, como la autorización de pagos. En esos procesos sólo es válida la huella (o el PIN/contraseña).
El excelente nivel obtenido por la pantalla se mantiene en el apartado de sonido: escuchar música es una delicia, también reproducir películas, juegos y cualquier otro contenido multimedia. Calidad de audio HD, el Google Pixel 7 ofrece doble altavoz estéreo de gran potencia y fidelidad, incluye un sonido adaptable para los altavoces (reconoce el entorno y adapta la ecualización al ruido) y dispone de alta compatibilidad con códecs Bluetooth. Echo de menos mejoras para el audio multimedia y un ecualizador accesible desde los ajustes de sonido.
Los altavoces estéreo se sitúan en el borde inferior del móvil (junto al USB C) y en el auricular de llamadas (área superior de la pantalla). Su conjunción arroja una reproducción de audio consistente, cargada de matices y que no distorsiona en exceso a alto volumen (sí recoge cierta estridencia; sin que llegue a molestar). Mantiene refuerzo de bajos y alcanza picos de 100 dB de presión sonora. Sin echar a perder el sonido, son unos altavoces de enorme calidad.
Cuando llega el turno de los auriculares existe la opción de utilizar unos con cable o sin él. El Pixel 7 no dispone de jack de 3,5 mm, por lo que resulta imprescindible un adaptador USB C de audio. Con DAC: Google sigue sin habilitar el audio analógico a través del puerto. La calidad de sonido variará según los auriculares; siempre con una media de notable. Y con dos detalles a destacar: el Pixel 7 ofrece reducción de ruido en llamadas (potenciado por la IA de Google) y audio espacial.
Lo más habitual es hacer uso de auriculares Bluetooth. Para el análisis he utilizado tanto los Pixel Buds Pro como los Bose 700 NCH, en ambos casos con resultados de alto nivel (me quedo con los Buds, la conjunción con el Pixel es bárbara). Muy buena calidad de audio, gran fidelidad y con el refuerzo de bajos justo. Además, el Pixel 7 es compatible con una variada selección de códecs Bluetooth: SBC, AAC, LDAC, Qualcomm aptX y aptX HD.
Otro detalle que me ha parecido exquisito es el comportamiento del motor de vibración. Google ha incluido un componente que aplica la respuesta física precisa a las interacciones con el teléfono. La vibración es suave desplegando el área de notificaciones, más potente durante las notificaciones, logra transportar a los dedos la sensación del toque real y, en definitiva, el Pixel 7 ofrece una de las mejores vibraciones que he probado en un Android. Me parece deliciosa.
El equilibrio obtenido en la reproducción multimedia hacen del Google Pixel 7 todo un gama alta, incluso pese a que el precio no sea exagerado (tampoco barato, claro). El desempeño deja justo esa sensación, pese a los números brutos.
Con los Pixel 6 Google sorprendió presentando su propio chip, un SoC desarrollado en colaboración con Samsung que se mantuvo algo lejos de lo conseguido por Qualcomm y sus Gen 1. Tras la lógica renovación del cerebro, tocaba averiguar si Google había exprimido a fondo el diseño para lograr un rendimiento pico acorde con la gama más premium de smartphones. La respuesta es un no, pero no me parece tan negativo dado el precio del Pixel 7. En el Pro ya es otra cosa.
El Google Tensor G2 es un excelente procesador para todas las tareas, no se me quedó corto en momento alguno. El Pixel 7 ejecuta juegos con alta demanda gráfica a la máxima calidad (Genshin Impact se mueve sin apenas saltos en su máxima configuración), el sistema se muestra deliciosamente fluido y todas las tareas en segundo plano ni ralentizan el teléfono ni lo calientan. De hecho, sólo aprecié una subida de temperatura notoria tras varias pruebas con el modo stress de 3D Mark.
Las cifras de benchmark siempre deben tomarse a título orientativo y no como una muestra fehaciente de cómo rinde el móvil. Aun así, se nota que Google está lejos de Qualcomm o Apple, también de los mejores Dimensity de MediaTek. Al menos en lo que respecta a CPU y GPU, el rendimiento en IA de la NPU es otro cantar.
A continuación tienes las cifras de benchmark que logré en el Google Pixel 7 enfrentadas a sus competidores directos. Hice las pruebas con la batería entre el 40 y 50 % de capacidad.
GOOGLE PIXEL 7
XIAOMI 12T PRO
POCO F4 GT0
XIAOMI 12 PRO
ONE PLUS 10T
GOOGLE PIXEL 6
SAMSUNG GALAXY S22 ULTRA
OPPO RENO8 PRO
PROCESADOR
GOOGEL TENSOR G2
QUALCOMM SNAPDRAGON 8+ GEN 1
QUALCOMM SNAPDRAGON 8 GEN 1
QUALCOMM SNAPDRAGON 8 GEN 1
QUALCOMM SNAPDRAGON 8+ GEN 1
GOOGLE TENSOR
EXYNOS 2200
MEDIATEK DIMENSITY 8100-MAX
RAM
8 GB
8 GB
8 GB
12 GB
16 GB
12 GB
12 GB
8 GB
GEEKBENCH 5 (Single-Core/Multi-Core)
1.022
3.029
1.269
4.054
1.197
3.442
1.250
3.762
1.068
3.397
1.003
2.859
1.171
3.574
947
3.703
3D MARK (WILD LIFE UNLIMITED)
6.761
11.010
10.031
10.332
7.715
–
5.967
3D MARK (WILD LIFE STRESS)
6.758
4.893
–
10.118
6.678
–
10.234
9.831
7.010
4.454
–
5.966
5.826
PCMARK (WORK 3.0 PERFORMANCE)
10.449
9.242
13.481
13.180
16.765
15.207
14.043
12.791
Más allá de los números obtenidos por las pruebas de rendimiento, el Pixel 7 no tiene nada que envidiar de otros gama alta. La memoria RAM y el almacenamiento son rápidos, ofrece doble SIM (nano SIM y eSIM) con soporte para 5G dual (Sub6), incluye conectividad WiFi 6E (se queda sin UWB, sólo disponible en el Pixel 7 Pro) y la seguridad se ve reforzada con el coprocesador Titan M2 y el entorno de ejecución aislada Trusty. La conjunción entre hardware y software es una constante en el teléfono.
Las diferencias entre generaciones no son exageradas, hasta ahora el Pixel 7 fue bastante parejo a su antecesor. Pero toca hablar de la batería: Google decidió recortar este vital componente para dejarla en los 4.355 mAh (desde los 4.614 mAh). No es una diferencia abismasl, pero se termina notando: sin tener una autonomía reducida, nuestro protagonista ve mermado su aguante con el salto generacional.
No existe demasiado problema para una jornada diaria de uso, el Pixel 7 aguanta sin dificultades. La gestión de la batería va mejorando con el uso hasta quedar bastante bien optimizada; por más que haya notado un ligero consumo extra con la pantalla apagada (este dato puede variar conforme Google vaya actualizando el teléfono).
Exprimiendo las capacidades la batería se resiente: con una hora de juego exigente puede volar un 15-20 % de capacidad. Sin tanta exigencia resulta posible llegar a los dos días, al menos bajo WiFi y con uso muy moderado. En cuanto a horas de pantalla, de media las 5-6 horas bajo redes móviles son habituales. Mayoritariamente en WiFi obtuve unas siete de media.
En el ámbito de la carga no puedo evitar el toque de atención: que el Pixel 7 no traiga un cargador en la caja, u opcional con la compra, no sólo supone una falta de respeto para el comprador, también impide aprovechar todas las capacidades de la carga rápida con el móvil recién salido de la caja. Google asegura que este modelo soporta carga rápida a 21 W con el cargador de 30 W que vende en la tienda. Para mis pruebas utilicé un cargador Motorola con una potencia máxima de 125 W; logrando con el Pixel una carga media de 22 W (realicé la medición en la toma de corriente).
A continuación tienes los tiempos de carga y lo que necesita el móvil para revivir del 0 al 100 %.
Aparte de la carga rápida con cable USB C, el Google Pixel 7 incluye carga inalámbrica a un máximo de 20 W y carga inalámbrica inversa (en principio a un máximo de 10 W, Google no lo especifica). No me he encontrado con problemas usando ninguna de las dos.
Los Google Pixel atraen la atención hacia el software debido, principalmente, al acercamiento máximo a lo que Google cree que debería ser Android. Cuidado, esto no implica que el Pixel 7 traiga “Android puro” o “stock”, que no deja de ser una capa con detalles exclusivos de la empresa que fabrica el teléfono y crea el sistema operativo. No son muchos esos detalles. Y el salto entre generaciones proporciona nuevos trucos.
Android 13 nada más salir de la caja con tres actualizaciones de software clave garantizadas. Además, el Pixel 7 parte con el parche de seguridad más reciente y con la promesa de recibir un mínimo de cinco años de esas actualizaciones, las de seguridad. Todo con la garantía de tener las novedades justo el día de lanzamiento; además de disfrutar de las versiones de prueba de próximos sistemas operativos.
Durante las pruebas me encontré con algunos errores de visualización, también hubo algún “cuelgue” muy puntual que me obligó al reinicio forzoso del teléfono. Más allá de estos inconvenientes, siempre debidos a que el software aún no es definitivo, el Pixel 7 no presenta ningún tipo de inconveniente: la interfaz se mueve a las mil maravillas, las animaciones son muy suaves (los 90 Hz colaboran a ello), Android 13 está muy pulido a nivel estético y los añadidos propios de Google le sientan perfectamente a la experiencia mal llamada “pura”. No se me ocurre mejor móvil para un entusiasta de Android que no quiera gastarse el extra que supone un Pixel Pro.
Interfaz propia, widget De un vistazo que muestra información según se va necesitando (aumentan las opciones), la personalización por colores es mucho más amplia gracias a Android 13, la IA de Google sube de nivel con los Pixel 7 y el Tensor G2 (notable mejora en el reconocimiento de voz con Assistant en GBoard, Clear Calling para llamadas de voz nítidas, zoom digital sin pérdida, traducción instantánea y subtítulos automáticos, ambos en español), Bienestar digital registra ahora los ronquidos con el modo descanso activado (funciona bastante bien según mis pruebas), Está sonando mejora su reconocimiento musical, Google potencia el sonido de los altavoces con su modo Adaptable y no demasiado más.
La mayor parte de las novedades en software se centran en la cámara y en la edición de las imágenes tomadas: Google Fotos es el principal protagonista, hablaré de ello en el siguiente apartado. Además, he de realizar un apunte: la mayoría de las exclusividades de los Pixel 7 llegarán también a los Pixel 6 (algunas incluso a anteriores modelos). Aunque los nuevos teléfonos sí tienen una ventaja: Google ofrece el VPN de One completamente gratis. Eso sí, hay que esperar hasta finales de año para que esté disponible, siempre según la empresa.
Sobresalir en fotografía es una obligación para Google, lo lleva demostrando desde hace años. Con cada nuevo Pixel asistimos a un salto en el segmento fotográfico, por lo general centrado en el software. También ocurre con el Google Pixel 7: el hardware de captura es calcado al que ya ofrecía el Google Pixel 6.
Con las similitudes en sensores, ópticas y estabilización, las tres cámaras del teléfono quedan tal que así una vez desnudadas sus características:
El conjunto fotográfico elegido por Google es consistente, de gran calidad, permite un funcionamiento notorio en cualquier escena y, lo que no está al alcance del hardware, se ve complementado con un sistema de herramientas computacionales que actúan como complemento para facilitar las tomas automáticas. Como es marca de la casa, todo el ingenio de Google ocurre en la sombra; por más que se aprecie el trabajo del procesado una vez se toma la imagen (suele tardar algo más de un segundo en generarse la imagen final).
El hardware no sufre cambios, sí que se aprecia una mejora en la manera que trabaja el sistema. Con el Pixel 7 Google da un notable salto en zoom digital (hasta 8x sin echar a perder el resultado), mejora el HDR automático, Google asegura que los tonos de la piel son aún más naturales y, en términos de naturalidad, continúa manteniendo los colores y balance de blancos originales; aunque tiende a aplicar un excesivo contraste. También remarca en exceso los contornos.
Las tomas son de muy buena calidad como norma y con independencia de la iluminación. Google sabe cómo extraer luz hasta de situaciones casi en penumbra, pero el procesado tiende a notarse: a menudo resulta algo agresivo y artificial.
Las cámaras se comportan a la perfección en términos de enfoque automático, también son muy rápidas con el enfoque manual al marcar un punto sobre la pantalla. Y sigue siendo magnífico en el seguimiento de objetos que se mueven: basta con apuntar a una flor de lavanda movida por el viento para que la mantenga en foco de forma constante. Es una de las notables ventajas del conjunto de hardware y software montado en los Google Pixel 7 (y que ya tenían móviles anteriores; sin que haya apreciado mejoras en el funcionamiento).
El sensor principal obtiene una gran cantidad de detalle de toda la escena, incluido el fondo. El rango dinámico es muy bueno, conserva la naturalidad de los colores sin acusar un exceso de saturación, las fotos son nítidas (a veces demasiado, puede pasarse perfilando los contornos; lo que subraya la artificialidad de la imagen) y sufre de destellos en la lente (flare) cuando la luz incide en diagonal sobre el objetivo. Este problema no queda tan marcado como en el Pixel 6, pero existe.
Turno de la cámara gran angular. Los mayores ángulos de visión que aporta el objetivo logran capturar de la escena en mayor medida sin que se aprecie demasiado el efecto “ojo de pez”: Google corrige muy bien los defectos ópticos de los extremos. El Pixel 7 mantiene un notable detalle pese a las menores dimensiones que captura el sensor. Ofrece un gran rango dinámico, subraya la naturalidad en colores y balance de blancos y no sufre diferencias en el procesado con respecto al sensor principal. Sí acusa más problemas cuando cae la luz.
Una de las mejoras más llamativas de los Pixel 7 es la IA aplicada a la fotografía en distancia. El Super Res Zoom lleva entre nosotros desde los Pixel 3, pero Google le ha dado un impresionante empuje con una captura 8x en el Pixel 7 que casi parece fruto de un conjunto óptico de lentes. La imagen aumentada suele verse nítida, perfilada y sin excesiva acuarela, al menos de día. De noche el zoom sufre, pero sorprende de lo que es capaz.
El conjunto de opciones de captura es amplio, aunque sigo echando de menos un modo manual “a lo Google”. Dejando de lado esta carencia, el Pixel 7 ofrece un excelente modo noche (buen resultado gracias al estabilizador y a la IA), el modo retrato sigue siendo de los mejores en smartphones (perfilado casi perfecto y el halo en los contornos imitando la óptica de las réflex), el móvil puede seleccionar la mejor toma de entre toda una ráfaga (la captura es automática), el pixel 7 mantiene las fotos de larga exposición y toma de acción, también guarda las fotografías en RAW (DNGs de unos 10 MB con imágenes lavadas y carentes de contraste y color; es opcional).
La cámara frontal pierde con respecto a las traseras. Eso sí, lo que le falta al hardware Google lo compensa por software: los autorretratos acostumbran a ser de excelente calidad y con el bokeh tan natural al que acostumbran los Pixel. Además del extra del tono de la piel: el Pixel 7 logra representar muy bien el tono del sujeto; con resultados óptimos hasta en situaciones de iluminación media.
A continuación tienes una muestra de fotografías tomadas con el Google Pixel 7. Si quieres verlas en su tamaño original, junto con algunas tomas en RAW, accede a este álbum de Google Fotos.
En grabación de vídeo el Pixel 7 sale potenciado por la mejora en IA que ofrece el Tensor G2. Además de la excelente estabilización por hardware que ya incluían los Pixel 6, y que a nivel de hardware no varía, Google ofrece un modo cinematográfico con el que logra un acercamiento a las tomas de cine. Con dicho modo el móvil aplica desenfoque de fondo en tiempo real. Y da la opción de ajustar el punto de enfoque pulsando sobre la pantalla (gracias al seguimiento de objetos el conjunto de grabación logra tomas de gran impacto).
El Pixel 7 graba hasta en 4K y 60 FPS; con 4K y 30 FPS si se activa el HDR de 10 bits. La máxima estabilización se logra en 1080p: el Pixel 7 permite activar el OIS (estabilización de lente) y el EIS (estabilización electrónica con recorte de imagen) junto al HDR. Los resultados son de una altísima estabilización, como llevar el Pixel 7 anclado a un gimbal.
En términos de calidad, Google logra una de las mejores grabaciones de vídeo presentes en un Android. Es un excelente contrapunto a las avanzadas funciones automáticas de los modos fotográficos.
Cada encuentro con un Pixel tiene algo especial, es como ese viejo amigo al que conoces de siempre y que es capaz de sorprenderte hasta cuando te lo esperas. Aun así, también tiene sus momentos malos, como en toda buena amistad. En el caso del Google Pixel 7 no son muchos esos momentos, pero de haberlos, haylos.
Es un smartphone superior, en especial si se compara lo que ofrece con su precio de mercado: no se me ocurren mejores opciones por los 649 euros que cuesta. Una cámara excepcional, la pantalla está a idéntico nivel, escuchar música es una delicia, bastante contenido en dimensiones y hasta los acabados transfieren la sensación premium que sólo unos pocos móviles ofrecen. Con todo esta fachada positiva los puntos “más malos” destacan menos; como el hecho de no tener cargador, el sharpening del procesado, la reducción en batería o que ni siquiera Google dé suficientes años de actualizaciones Android clave. ¿Tan difícil es superar los cuatro años de Samsung?
El equilibrio entre lo que se obtiene de él y lo que cuesta es su principal baza. Sin duda, estará en mi lista de candidatos a móvil personal, me va a costar deshacerme de él. O no tanto: dado que tengo el Pixel 6, la ausencia del 7 no será tan notoria. También creo que es un punto negativo.
9.0
Google Pixel 7
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